viernes, mayo 30, 2008
MGMT
MGMT es un dúo formado por Ben Goldwasser y Andrew VanVyngarden en Brookyln (Nueva York. Estados Unidos) sobre el que la revista Spin llamó la atención a finales de 2007 y que Billboard definió como “artista a seguir” hace pocas semanas, mientras la BBC británica acaba de situar Time to Pretend entre las diez primeras de la lista de canciones de 2008.
Goldwasser y VanVyngarden formaron MGMT en la Universidad de Wesleyan (prestigioso e influyente centro de artes liberales de Middletown, en Connecticut), donde estudiaban música, en diciembre de 2002. Comenzaron a experimentar con noise rock y electrónica antes que el crítico David Marchese, de Spin Magazine definiese su música como “pop psicodélico”. Tras escuchar un EP con la canción Time to Pretend, el entonces vicepresidente de A&R de Columbia Records y gurú de la música Steve Lillywhite (productor de U2, Peter Gabriel, Rolling Stones, Talking Heads o The Smiths, por poner sólo cinco ejemplos) no tardó en poner encima de la mesa un contrato para grabar cuatro álbumes. El primero es Oracular Spectacular con, no podía ser de otra forma, la canción Time to Pretend como primer single.
Producidas por Dave Fridmann (Flaming Lips, Weezer, Clap Your Hands Say Yeah…), las canciones de MGMT desprenden fantasía, locura controlada, inspiración, libertad… Goldwasser y VanVyngarden llegan dispuestos a dinamitar los cánones establecidos con una música que tan pronto nos lleva a la psicodelia californiana de los 60 como al Nueva York de los 80, mezclando intrumentos, tendencias y estilos sin contemplaciones. Su álbum Oracular Spectacular llega para inaugurar una época. De momento, a disfrutar con su primer single Time to Pretend. ¿Quién dijo que la música está en crisis?
www.quiensonmgmt.com
jueves, mayo 29, 2008
miércoles, mayo 28, 2008
Tego Calderón
Tegui Calderón Rosario (nació el 1 de febrero de 1972 en Santurce, Puerto Rico) — conocido como Tego Calderón — es un rapero de Rio Grande, Puerto Rico. Con su álbum El Abayarde consiguió ganar popularidad. En sus letras trata sobre temas de racismo, desigualdades y guetos puertorriqueños.
Calderón dice que fue influenciado por Ismael Rivera porque sus padres eran fans de él. También relaciona el amor de sus padres al jazz como otra influencia. Calderón finalmente estudió percusión y creó su propio estilo rítmico que combina los sonidos de salsa, dancehall, y hip-hop. En el sentido lírico, combinó argot de 1960 con el argot actual y relatos de la vida del barrio.
discografia
2003 El Abayarde
2004 El Enemy de los Guasíbiri
2006 The Underdog
2007 El Abayarde contra-ataca
sábado, mayo 24, 2008
miércoles, mayo 21, 2008
domingo, mayo 18, 2008
Los museos para no perderse en Colombia escogió un grupo de expertos para El TIEMPO
Son Fernando López Barbosa, director de formación de museología en la Universidad Externado de Colombia; Ana María Cortés, coordinadora de la Red Nacional de Museos, y el museólogo Edmon Castell.
Aunque no quisieron hacer el escalafón de los que hay que ver en Colombia antes de morir, por fin sugirieron algunos, por su interés y valor, a propósito del Día Internacional de los Museos, que se celebra este domingo. Esta es la lista.
Museo Nacional de Transporte
Ubicado en el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, en Palmira (Valle), presenta una colección de trenes, 40 autos y diez aviones que vale la pena apreciar. Entre otras cosas porque el 90% los carros y aeroplanos funcionan. Entre las joyas: un ombardero, algunos hidroaviones y un clásico Ford T. Fue fundado en 1998 y a la fecha tiene 28 mil objetos. La entrada cuesta 7 mil pesos para adultos y 3 mil para niños. Está abierto todos los días de 10 a.m. a 5 p.m. www.museodetransporte.org.
Museo Histórico de El Peñol
El museo fue construido en el 2003 por la comunidad, como memoria de la historia de este municipio, que fue fundado por primera vez alrededor de 1654. La otra fue en la década de los 70, cuando su casco urbano fue inundado para formar la represa El Peñol-Guatapé. A una hora de Medellín. Informes: (4) 851 63 96.
Hacienda El Paraíso
Un lugar romántico, que data de 1815, para revivir el mundo de Jorge Isaacs, autor de María. Tiene el mobiliario de la época del escritor. Localizada en El Cerrito (Valle). Precios: desde 2.000 pesos para niños y 3.700 para adultos. Vía Cali-Palmira-Cerrito. Martes a domingo de 9 a.m. a 4:30 p.m. Informes (2) 5146848.
Museo Quinta de San Pedro
La hacienda donde el Libertador pasó sus últimos días es hoy uno de los museos con mayor movimiento del Caribe colombiano y un jardín botánico. Además los muebles de época presenta exposiciones de artistas nacionales y del exterior. Entrada 10 mil pesos para adultos, 8 mil para estudiantes y 6 mil niños. Menores de seis años no pagan. Un taxi cobra tres mil pesos desde Santa Marta. Informes: (5) 433 29 94
Museo del petróleo
En este museo de Barrancabermeja (Santander) le cuentan cómo ha sido la historia de la búsqueda, extracción y procesamiento del oro negro en este país, empezando por el primer pozo que se excavó en la región. Aprenda todo sobre brocas gigantes y grandes máquinas viejas y nuevas. Lo mejor es que se pueden ver funcionando. Está abierto de martes a domingo, de 8 a.m. a 5 p.m. El valor de la entrada es de 4 mil pesos adultos y 3 mil niños.
Portal de Museos de la Universidad Nacional
Las 16 colecciones de la Universidad Nacional están siendo exhibidas en distintas exposiciones en el Claustro de San Agustín, construido entre 1739 y 1744 y entregado a la Universidad en 2006.
Es vecino de la Casa de Nariño. Entre la colección está la famosa colección Pizano, con alrededor de 200 réplicas en yeso de las más valiosas esculturas del arte universal y una colección de grabados de Rembrandt y Durero.
Museo Arqueológico Calima
En el municipio Calima-Darién (Valle) a 100 km de Cali, aproximadamente. Su fuerte son las piezas arqueológicas de los habitantes originales del Valle del Cauca, entre ellas máscaras y vasos ceremoniales. Cl. 10 No 12-50, a dos cuadras de la iglesia. Tarifas 1.500 pesos niños y 2.500 adultos. Martes a domingo de 8 a.m. a 6 p.m. Informes: (2) 253 31 21.
Museo Cementerio de San Pedro
En Medellín, con una estación del metro en las cercanías (Estación Hospital), está uno de los museos más curiosos. Los mármoles de sus mausoleos y las esculturas configuran una de las más especiales colecciones de arte funerario en Colombia. Ofrece diferentes recorridos según el interés de los visitantes. El aspecto arquitectónico es también sinigual. Si lo visita en noche de luna llena, puede asistir a programas de música, juegos y teatro que ofrece cada mes. Cra. 51 No. 68-68. Los programas culturales requieren boleta. Informes (4) 212-09-51.
Museo del Deporte
En el antiguo Estadio de Techo de Bogotá, tiene la memoria del deporte capitalino en todas sus ramas. Fotos, videos, trofeos, medallas de glorias pueden verse en un entorno bastante atractivo. Entrada es gratuita (hay que pedir la boleta antes de ingresar). Para grupos de diez personas en adelante se puede solicitar con antelación un servicio de guía. Informes en el teléfono 260-5743 del Estadio de Techo y en el 660-5400, extensión 5005 del Instituto de Recreación y Deporte. Los horarios de atención son de martes a viernes de 9 a.m. a 12 m. y de 2 a 5 p.m. Sábados y domingos 9 a.m. a 12m. y 1 a 4 p.m.
Programación especial en el día de los museos
Los museos tienen hoy programación especial. Algunos ofrecen entrada gratis. El Museo Nacional presenta el conversatorio 'El Museo: un espacio de encuentro intercultural'. De 10 a.m. a 1 p.m. Gratis. De 3 a 5 p.m. se realizará el encuentro Patrimonio reformulado. www.museoscolombianos.gov.co.
En Colombia existen 376 museos inscritos en la Red Nacional de Museos y 36 instituciones que quieren llegar a serlo. Los hay de arte, históricos y temáticos. Unos, con público asegurado por albergar colecciones famosas, como el Museo del Oro o el Nacional y otros, aún teniendo singulares y bellos recorridos, no alcanzan una merecida fama.
DIEGO GUERRERO
CULTURA Y ENTRETENIMIENTO
El TIEMPO
La travesía del Darién
De la hoja de ruta de los indocumentados que ensayan llegar a Estados Unidos, el paso por el Tapón del Darién era el que más nos llamaba la atención, por ser el único agujero donde se extravía la carretera Panamericana. Guarida de cimarrones y bucaneros en siglos anteriores, este punto se transformó en uno de los relatos más esquivos para las salas de redacción de los grandes medios en el planeta.
Por más que el denominado “tren de la muerte”, bajo el control de la mara Salvatrucha en la frontera sur de México, rivalice en peligro con esta frontera, su historia ya está muy bien retratada por las cámaras. Todo lo contrario a lo que ocurre en estas profundidades, pues desde hace muchos años no hay un apunte editorial sobre este territorio.
En enero de 2003, un equipo de National Geographic, liderado por el canadiense Robert Pelton, y los estadounidenses Mark Wedeven y Megan Smaker, intentó cruzar esta línea de 265 kilómetros de largo y a mitad de camino, cerca del poblado panameño de Paya, fueron secuestrados por paramilitares de alias El Alemán, hoy desmovilizado y detenido en la cárcel de Itagüí.
En una entrevista, antes de su desmovilización, el jefe del Bloque Élmer Cárdenas nos confesó que retuvo a este grupo porque “los gringos se toparon con un campamento nuestro, y al confundirnos con la guerrilla comunista de las Farc, se declararon simpatizantes de sus ideales. Por represalia, los tuvimos hasta que nos cansamos”.
Otro reportero de un periódico colombiano desestimó la idea justo antes de partir al ser robado por unos “coyotes”, traficantes de personas. Y resulta que ahora el inglés todoterreno Bear Grylls, presentador del programa A prueba de todo, de Discovery Channel, quiere meterse en esos pantanos, justo cuando hay zozobra en la región por la disputa de “grupos emergentes”: algunos que militaban con El Alemán y pasaron a las filas de su hermano, alias Don Mario, y “Los Rastrojos”, que llegaron desde el norte del Valle pero que por desconocer los secretos de esta selva han sido casi siempre blanco fácil.
En honor a la verdad, el que sí logró hacer la travesía para contarla en el libro El tapón del Darién, diario de una travesía, fue el sociólogo Alfredo Molano en 1996. En esos tiempos lo hizo con brisa sosegada. Aún no se encendía el polvorín de Urabá, por la arremetida de los hombres de Carlos Castaño, un año después, cuando sacaron a la guerrilla y a unos cuantos lugareños a sangre y plomo; todo para dominar el trasiego de armas, el contrabando y el narcotráfico.
Pero a nosotros, cada vez que entrábamos y salíamos de las selvas del norte del Chocó, siempre nos quedaba la espina de no haber cruzado ese hueco desconocido que se alarga hasta el otro costado de la montaña y que, según los libros expedicionarios, no era más que “un albergue de tigres, mosquitos e indios flecheros”.
Fueron siete las veces que estuvimos a un pelo de conquistar esos pantanos que se tragan bestias; y el filo de una serranía de bosque tropical y húmedo. Llueve casi siempre (10 mil milímetros anuales en las partes altas) y el terreno es espeso. Una vez, bordeando el parque de Los Katíos en unas mulas prestadas, un líder kuna del resguardo de Arquía casi nos deja ver la cintura de América Central, pero el desborde de un río que tapaba el camino, y el pavor de tropezarnos con el Frente 57 de las Farc que acampa y mantiene prisioneros en las alturas del macizo fronterizo, no lo alentó a seguir. Es un miedo latente hasta el día de hoy.
Así que luego de tres años deambulando en el Darién colombiano, casi siempre en los ríos Truandó, Atrato y Cacarica, o en los pueblos costeros del Urabá chocano, al fin pudimos concretar el viaje en junio de 2007. Ya sabíamos por cuentos de pueblo que el paso de polizontes peruanos y ecuatorianos, camino a Estados Unidos, a veces terminaba en medio de esta inmensidad verdusca sin lograr el sueño americano, que cuesta cerca de 25.000 dólares por cabeza.
Esa reputación fue la que nos empujó a aterrizar en Acandí, el epicentro de los “coyotes”. Lo malo para nuestro propósito era que los “guías”, así se llama el oficio, andaban de caminata. Por si fuera poco, un recomendado estaba pasando una temporada en la cárcel por desaparecer, dicen las malas lenguas, a un viajero en medio del monte.
En el hotel aparecieron dos buscadores de oro, que conocen bien la montaña y tenían un viaje hacia esos lados en busca de nuevas vetas. Se ofrecieron, previa mirada a nuestros pasaportes, a llevarnos hasta el lado panameño. En todo caso tuvimos que esperarlos tres días de borrachera.
Con una escopeta al hombro y el otro marcando el paso, el “flaco” y el “enano” salieron bien de mañana. Íbamos muy livianos. Dejamos a la suerte la mitad de la ropa y un portátil en el hotel para poder cargar las cámaras y unas bolsas que servirían de carpa.
A medida que trepábamos el río Acandí Seco, el panorama era el mismo de otros torrentes del Darién: la mano del hombre se notaba por todos lados. Antes, en los brazos del Atrato era el hambre por sacar madera fina como el abarco; ahora, el oro del río. Por algo andaban tomando muestras unos técnicos paisas contratados por una multinacional europea.
La primera meta era llegar a un colegio abandonado por la guerra, que es el hogar permanente del “enano”. Pasamos por la casona de un colono que tenía un mico amarrado de mascota. Cuarenta grados marcaba el termómetro, mínimo. La comida siempre fue lo de menos, por debajo del recuerdo de la primera de muchas veces que tuvimos que sacarnos las botas pantaneras por el dolor y el agua. Ya en el atardecer, el “enano” nos acomodó en unas hamacas en su refugio. Nos mostró su principal lujo: una garra de águila real más grande que dos puños, mientras cantaba vallenatos de la emisora Ecos del Darién en su radio de pilas. Elevaba la voz en los coros de despecho.
–Ninguna hijoeputa quiere venirse a vivir acá–, dijo el “enano” antes de prender un cigarro.
– ¿Ha tenido muchas esposas?
– Claro, pero se van para la ciudad luego. Ellas quieren otra cosa y no la soledad. Buenas noches.
Al revisar la libreta de apuntes del segundo día, no tenía anotación alguna. Doce horas de caminata bastaron para aniquilar el cuerpo. Esa mañana consistió en subir por el río hasta alcanzar la naciente, en la cuchilla. El agua era cristalina y servía de base para el jugo en sobre. En todo el trayecto saludamos a una decena de familias que le robaban algo al Acandí Seco, con palas o dragas que le restaban a la naturaleza ese esplendor del verde. Una vez en las montañas, los guías nos llevaron por la sombra de la manigua, en una mezcla de instinto y de seguir unas marcas de machete en los árboles que la humedad se encargaba de borrar con facilidad.
Una vez alcanzado el límite, si se mira hacia el este, aunque ellos decían que se veía el mar Caribe, sólo se divisaba una bruma costera. Hacia el otro lado, además de una piedra que marca la frontera, lo demás era puro follaje.
En ese descanso, con arroz y latas de atún, los hombres contaron que hace unos años acompañaron a unos inmigrantes hasta Panamá, pero no por esta ruta, áspera y resbaladiza, sino por otro afluente menos empinado y mucho más largo. “Lo que pasa es que por aquí siempre hubo bandas de asaltantes que se robaban todo, y dejaban abandonados a los peruanos”, sostiene el “flaco”. “Y no pasábamos por otros caminos más al sur, porque de vez en cuando se aparece la guerrilla y secuestra a la gente”.
De repente se oyó un ruido extraño. “Vamos a buscar la cena”, sentencia el “enano”. Al rato, se escuchó el ruido de su escopeta, pero andaba con la pólvora mojada. Yo miraba el piso y los árboles en detalle, pues horas antes una serpiente afilada había atacado la bota de caucho del fotógrafo sin mayor desgracia.
Desde ese momento comenzaba el descenso por el río Tuqueza, el camino fluvial hacia el norte, hacia Yaviza, el pueblo donde se retoma la ruta Panamericana. Al contrario del paisaje colombiano, este trozo del Darién permanece intacto, tal como lo descubrieron los españoles en el siglo XVI. Sólo animales como guacamayas, venados, jaguares y tapires que dan fe a lo que dicen los libros, una zona endémica de intercambio de flora y fauna entre ambos polos del continente, en medio de los vientos alisios.
Y quizás esta es la parte más complicada del viaje ante la presencia de la banda del “Charco Chivo”, un grupo de asaltantes indígenas que emboscaba a los viajeros en el tramo de riscos, piedras de cinco metros y pozos profundos. Esta vez, tuvimos la suerte de no cruzarnos con nadie y de no hacernos daño entre saltos de tres metros y hundimientos en el agua. Hicimos un campamento improvisado con plásticos y palos en la arena de una quebrada. El “enano” sacó unos anzuelos y en pocos minutos ya tenía la cena a punta de pescado y buena brasa.
Como el trío viajero me sacó demasiados metros de ventaja en esta caminata, el fotógrafo los calmaba y les decía que no se preocuparan. Las plantas de mis pies parecían un campo de batalla y la ropa no se secaba con nada. Por consejo de los mineros del agua, me echaba talco en los pies y Yodora entre las piernas para calmar la alergia.
El tercer día fue calcado. Toda la jornada avanzamos como los venados, es decir, por el borde del río. A veces, el agua nos llegaba hasta el cuello por lo que teníamos que cruzar con los bolsos arriba de la cabeza. La diferencia estuvo en que esta vez el campamento se levantó sobre unas piedras en la orilla, y la comida fue abundante por la pesca.
La buena noticia del alba era que a mediodía ya estaríamos en Bocas, donde se junta el Tuqueza con otros dos ríos. Nuestros guías nos dejaron en ese punto, ya que a una hora de camino estaba Bajo Chiquito, el primer caserío embera en territorio panameño, y no querían toparse con la policía.
Tenían razón en lo de Bocas, porque a la hora del almuerzo se despidieron y se regresaron por la misma corriente que nos trajeron. El “enano” partió con una nutria al hombro, que había cazado con su escopeta. Sin embargo, pasaron más de cuatro horas por el río y nunca vimos el pueblo. Tuvimos que acampar en la orilla antes de la noche por culpa de una lluvia que nos impedía cruzar el torrente. No teníamos comida, ni anzuelos. Sólo dormimos.
De madrugada nos levantamos y vimos unas huellas de tigre en la orilla. Las conocíamos porque el “enano” las señaló unos días antes, cuando contó que él muchas veces había estado cerca del animal, pero que siempre prefería huir de la presencia del felino.
Nuestros pasos eran débiles por la carga y por el forzado ayuno. Siempre seguíamos la línea del río. Luego de unas horas, vimos a lo lejos unos hombres a caballo. Al principio tuvimos precaución, porque podía ser la guerrilla, pero el hambre ganó la batalla y salimos al encuentro.
– ¡Hey, hola!– les gritamos con el alma.
Por suerte eran unos pescadores emberas que buscaban agua cristalina para pescar, y que no encontraban cerca de sus casas. Ellos nos dieron unos envueltos y algo de pan. Nos contaron que el pueblo estaba cerca, y nos preguntaban, en perfecto español, si éramos peruanos.
Bajo Chiquito es un caserío indígena con pocas comodidades. Sus habitantes nos veían como polizones, casi nadie nos hablaba. Preguntamos por un puesto de migración, y nos dijeron que estaba en la siguiente comarca, Marragantí. Ya no queríamos caminar, pero nos tocó avanzar una hora hasta ese caserío, donde las mascotas eran tigrillos, loros y tucanes. Y en el medio del pueblo estaba el mayor signo de modernidad de los últimos cinco días: una cabina telefónica.
–¿Qué hacen por aquí? Nos preguntó el policía a cargo–. Hace 20 años que no tenemos noticias de alguien que llegue a este puesto con pasaporte. Todo el que cruza por aquí es ilegal.
Mostramos nuestros papeles y nos dieron posada hasta el otro día. Alquilamos un bote para ir a Metetí, en procura de unos superiores que resolvieran el sello de entrada. Lo que no sabíamos hasta ese momento era que íbamos en condición de arrestados, por lo que la noche siguiente nos tocó dormir tras las rejas en el cuartel Piedra Candela, sin derecho a la defensa. Nada de llamadas, y el cónsul de Chile en Panamá dijo que él no se hacía responsable de unos coterráneos ilegales.
El “Hotel Candela” era un pequeño cuarto, especial para indocumentados, que ofrecía la comodidad de unas colchonetas y la compañía de las ratas. Estábamos tan cansados que dormimos dos días, esperando que Migración resolviera nuestro estatus. La visita al médico no constató lesiones, aunque nos recetó Ibuprofeno cada ocho horas para desinflamar los pies. “Ustedes vienen en buenas condiciones. Si les contara cómo llegan los otros. Reventados, con espinas en todo el cuerpo, mordeduras de serpientes. Una vez, un señor llegó y compró una pala, porque su hermano se había muerto en el camino y él lo quería enterrar”.
En vez de ayudar, el remedio fue el detonante para revolver un estómago casi vacío y nervioso en un lugar donde no había baño. Lo mejor fue parar el tratamiento. Además, de tanto que escuchábamos las historias de ilegales, les preguntamos a nuestros carceleros dónde se llevaban a los que eran capturados. La respuesta: la cárcel La Palma, en la costa del Pacífico, en la que se disputaban el poder los colombianos y los peruanos. Entonces nos quedó claro que, por la rivalidad histórica entre Chile y Perú, no podíamos llegar a ese penal.
El presagio se hizo realidad cuando dos funcionarios nos llegaron a buscar en una camioneta doble cabina verde y dijeron que su jefa había resuelto mandarnos al “infierno”. En un acto de desespero, discutimos con los agentes hasta que nos dejaron hacer una llamada telefónica a cada uno. Del cielo cayó una cabina a pocos metros de Piedra Candela y marcamos cobro revertido a Colombia. Al otro lado de la línea contestó Juan Forero, el corresponsal del Washington Post, y Stephen Ferry, un fotógrafo estadounidense curtido en este tipo de asuntos. Ellos nos salvaron, porque de inmediato activaron una red de ayuda internacional, con asociaciones de periodistas y varios medios de comunicación que empezaron a llamar a altas autoridades de Panamá. Incluso, el director continental de la ONG Human Rigths Watch, José Miguel Vivanco, hizo que varios ministros y el presidente Martín Torrijos se enteraran de nuestra situación. “No tener el sello de entrada merecía una multa”, según Vivanco, “y no el castigo que les estaban dando”.
Tanto escándalo logró que los agentes nos mandaran de nuevo a la celda y suspendieran el viaje a La Palma. A la mañana siguiente llamó por teléfono el cónsul de Chile y nos dejaron en libertad.
En la misma 4X4 nos llevaron a Ciudad de Panamá para que firmáramos unos documentos en Migración. En ese edificio del centro de la capital, repleto de indocumentados chinos, pudimos comprar el pasaje con tarjeta de crédito. Y de la forma más amable, con carta incluida, el 1° de julio nos invitaron a salir de ese país con un sello en el pasaporte que dice “salida controlada”.
Nos escoltaron 17 kilómetros al aeropuerto internacional de Tocumen para que tomáramos el siguiente vuelo de regreso a Bogotá. Tuvimos sólo 15 minutos de libertad antes de despegar. Pero no importaba: corrimos en la amplia zona franca del terminal a regalarnos unas botellas de ron y un equipo de sonido, como cualquier turista despistado que termina vacaciones.
“No hay tanta selva, ha sido colonizada”
El economista y sociólogo Alfredo Molano y su colega María Constanza Ramírez atravesaron el Tapón del Darién en cinco días en 1996. De la aventura surgió un libro de 174 páginas titulado El Tapón del Darién, diario de una travesía, publicado por El Sello Editorial, así como un documental de Audiovisuales. Molano recuerda: “Salimos de Chigorodó, pasamos la Loma del Cuchillo, Barranquillita, subimos al Cacarica, luego a Bijao, Cristales y Palo de Letras. Una vez superada la Serranía del Darién, bajamos por el río Paya y el río Tuira hasta Bocas de Cupe; finalmente bajamos hasta Yavisa y de ahí fuimos por carretera a Ciudad de Panamá. La gente tiene la sensación de que es inaccesible, pero ya no hay tanta selva porque ha sido colonizada; lo único que se conserva bien es la zona de los Katíos. Por eso siempre he sido enemigo radical de la carretera Panamericana, porque si la terminan rompen el biopacífico y destrozan lo poquito que queda. Panamá le tiene mucho miedo a ese proyecto. Si sin carretera entran y entran colombianos, cómo será cuando la abran. La parte panameña es la mejor conservada, porque están los indios kunas, una gente generosa, amable. Los ríos son suaves, hay lagunas, viviendas elementales, niños que ríen, mujeres que trabajan con el maíz y el cacao, hombres que viven de pescar y cazar. En cambio, la guardia panameña fue bastante agresiva con nosotros. Nos detuvo siete horas, prevenida porque ese es un pasadizo de armas y contrabando desde el siglo XIX, inaugurado por los ejércitos de Benjamín Herrera durante la Guerra de los Mil Días. Del lado colombiano, hacia abajo, está la Serranía del Baudó, el más puro territorio negro que existe, la misma zona de Pizarro donde las Águilas Negras acaban de desaparecer a ocho pescadores, tres de los cuales fueron encontrados descuartizados”.
Fernando Cárdenas Hernández/ Especial para El Espectador | EL ESPECTADOR
sábado, mayo 17, 2008
Radiohead "How To Disappear Completely"
How To Disappear Completely
That there
That's not me
I go
Where I please
I walk through walls
I float down the Liffey
I'm not here
This isn't happening
I'm not here
I'm not here
In a little while
I'll be gone
The moment's already passed
Yeah it's gone
And I'm not here
This isn't happening
I'm not here
I'm not here
Strobe lights and blown speakers
Fireworks and hurricanes
I'm not here
This isn't happening
I'm not here
I'm not here.
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Radiohead "How To Disappear Completely"
viernes, mayo 16, 2008
miércoles, mayo 14, 2008
Murió Robert Rauschenberg, uno de los pioneros del pop art, a los 82 años
El artista estadounidense, que saltó a la fama en los años 50, realizó combinaciones
incongruentes de pintura y objetos tridimensionales extraños y cotidianos.
También incorporó imágenes fotográficas a sus trabajos en los años 60, incluyendo, de manera memorable, aquellas del presidente John F. Kennedy.
Sin embargo, Rauschenberg no acaparó la atención popular del modo en que lo hizo Andy Warhol con sus latas de sopa Campbell's o Roy Lichtenstein con sus libros de comic.
Entre sus trabajos más famosos se destaca Bed (cama), creado tras despertarse con ánimos de pintar pero sin dinero para comprar un lienzo. Su solución fue quitarle a su cama el edredón y usar pintura, pasta de dientes y pintura de uñas.
Rauschenberg también fue escultor y coreógrafo y llegó a ganar un premio Grammy en 1984 por el empaque del disco de los Talking Heads ''Speaking in Tongues''.
"Soy curioso", dijo en 1997 en una de las pocas entrevistas que concedió en los últimos años. '"Es muy gratificante. Todavía descubro cosas todos los días"'.
En sus más de 50 años de trayectoria artística, Rauschenberg produjo una variada y prolífica colección que en 1998 llenó las salas del Museo Solomon R. Guggenheim en Manhattan para una retrospectiva de su vida.
Dividió su tiempo entre Nueva York y la isla Captiva en Florida, donde tenía una casa llena de obras suyas y de sus amigos. "Me gustan las cosas que son casi souvenirs de una creación -dijo a Harper's Bazaar en 1997- porque el proceso es más interesante que el trabajo terminado".
Florida, EE.UU. (AP)
Tote King
Manuel González Rodríguez, artísticamente conocido como ToteKing es un rapero español natural de Sevilla, que comenzó su andadura en el grupo La Alta Escuela. Nació el 13 de diciembre de 1978.
La alta escuela
Los inicios musicales de Tote King están estrechamente relacionados al de La Alta Escuela, grupo que fundó junto Juaninacka y Juanma. Con esta formación editó su primera referencia profesional en 1999, en un disco novedoso y fresco titulado «En pie de vuelo», con colaboraciones de
Zatu, La Mala Rodríguez y La Gota que Colma.
En este disco utiliza el alias de El rey del desfase, si bien ya no se siente identificado con él y lo considera una etapa pasada. El grupo se disolvió tras editar el disco porque a sus integrantes les resultaba difícil organizarse. Han existido numerosos rumores sobre una vuelta del grupo, pero es algo que a priori parece bastante difícil, pues los integrantes tienen unas consistentes carreras en solitario.
Toteking & Shotta
La carrera en solitario de ToteKing se inició con una maqueta titulada «Big King XXL», con colaboraciones de Shotta, Jefe de la M, Keyo o Zatu, de SFDK. Pronto fichó por el sello «Yo gano» para editar su primer disco en solitario. Este disco estaba planteado para tener muchas colaboraciones vocales, pero debido a la apretada agenda no pudo realizarse así y tuvo que apoyarse en su hermano Shotta, por lo que el disco salió con el nombre artístico de «Toteking y Shotta» titulándose «Tu madre es una foca».
Previo a la salida del disco se publicó un maxi adelanto titulado «Nada pa mi», con el tema que da título al maxi además de «Sé», incluido también en su LP. El estilo fresco, directo e innovador que demuestra ToteKing en este disco le sirvió para alzarse como ganador del premio Hip-hop Nation al mejor Mc revelación de 2002.
Carrera en solitario
Como adelanto de su primer disco en solitario se publicó el maxi «Matemáticas» que incluía el tema del mismo nombre además de «Cheik… cheik». La portada de este maxi es una parodia del disco «No es lo mismo» de Alejandro Sanz, apareciendo ToteKing sujetando una caña de cerveza mientras mira a través de ella.
En 2004 lanzó su primer larga duración, esta vez en solitario, titulado «Música para enfermos», con colaboraciones de Falsalarma, Shotta, Solo los solo, Xhelazz, Spanish Fly (de Triple XXX) y Karvoh. Destaca el tema «Devotos» por criticar duramente la Semana Santa en Sevilla.
A comienzos de 2006, BoaCor (sello discográfico donde figuran otros MC’s nacionales tan importantes como Violadores del verso, SFDK, Falsalarma o Nach) anuncia el acuerdo con Tote King para la publicación de su segundo disco en solitario, de título «Un tipo cualquiera». Este disco esta totalmente producido por Big Hozone y es considerado el mejor de su carrera, a pesar de contar con una única colaboración, la de Vast Aire, miembro del grupo Cannibal Ox.
Recientemente Tote King ha sacado un videoclip de la canción «Mentiras» de este disco en el que aparece como presentador de un telediario. Esta canción está sampleada del tema Rock & Roll de Ronnie James Dio del disco Killing the dragon.
Tote King esta consolidado como uno de los mejores de la escena del Hip hop español. Estuvo de gira con Solo los solo y La Mala Rodríguez en Holanda.
TOTE KING - MENTIRAS (UN TIPO CUALQUIERA)
Huh, Huh!!! Ronnie James Dio esta en la casa matando al dragón, Rock and Roll...
Vengo de un terreno con sol donde tos se conocen
donde las madres dicen: " Mi hijo es mu bueno", y su hijo le pega al profe,
el mismo con 20 se mete en la pasma,
el franquismo aunque no está se siente como un miembro fantasma,
los mejores pucheros, profesionales raperos,
bares de menú que parten la franquicia del Mc donalds entero,
el rayo de Ac/dc no es de Flash Gordon
el flúor no limpia los dientes, los virus los fabrica Norton,
los políticos se han inventao otro idioma,
los desechos somos las personas,
los medios se quieren involucrar
con el rap sin preguntar las dudas y No!
Santa claus vestío de rapero en navidad no ayuda,
las felpas en el pelo...alternativos antiyankis
con ropa rota y parcartas en el suelo
tienen sus marcas créelo al menos están en pausa,
el sexo alivia la tensión, mientras que el amor la causa.
[Estribillo]
Y es mentira!!, coge tus mierdas y te piras!!,
esa tarjeta cuando vence cuando expira,
estáis tan preocupados del papeleo...sois carne de cañón,
la ética es obligatoria y no la religión,
y es mentira!!!
coge tus mierdas y te piras,
haced más coches ya casi ni se respira,
la población sumisa las fichas del "Quien es quien"
mientras los de arriba nos digan que to va bien...
Estudia pa labrarte un buen trabajo, algo de provecho
y quizás con enchufe seas algo menos que un sin techo,
la universidad es mentira, no se ofendan,
yo lo he visto de cerca es más falso que el teletienda,
te engatilla...me recuerda mucho al caso del perro,
la niña, Ricky Martin, la nocilla,
mientras el gobierno te cuida con ley anti-tabaco,
¿la salud? si claro y comprar una casa es un atraco!!,
cierra te machaco por tu culpa maltrato al micro ¿qué esperas?
¿qué pidan permiso pa pisa la acera?
¿qué vengan de fuera pa limpiarte a ti el cristal?
vale acabas de meterte en la 3ª mundial
pero...propongo puede haber algunos cambios ¿no?
cuando estalle la contienda mandamos a Tony Blair tocando el banjio,
ea aquí los tienes...si la sala suena mal,
no me engañes suena mal aunque se llene.
[Estribillo]
Y es mentira!!, coge tus mierdas y te piras!!,
esa tarjeta cuando vence cuando expira,
estáis tan preocupados del papeleo...sois carne de cañón,
la ética es obligatoria y no la religión,
y es mentira!!!
coge tus mierdas y te piras,
haced más coches ya casi ni se respira,
la población sumisa las fichas del "Quien es quien"
mientras los de arriba nos digan que to va bien...
La iglesia es mentira está llena de engaños,
Marilyn Manson no era el niño de "Aquellos Maravillosos Años"
y si la naturaleza se está vengando como tos decís
no entiendo como es tan torpe y se equivoca siempre de pais,
confunden heroes con logos y edificios,
ningún presidente humano puede sacar a otro humano del vicio, es siempre así desde el inicio,
"quiero montar un negocio pa que tú lo lleves...con sacrificio"
no llevo suelto encima anda págame tú esto,
te lo juro sólo veo si tengo correo y me desconecto
un rato más y nos vamos,
te prometo que esta vez es verdad mañana quedamos pa hablar y lo dejamos,
mentiras de to los colores, especialistas, artistas,
algunos las llaman faroles,
caemos, repetimos, y lo sabemos, estamos presos
y aunque sepamos que no, decimos: "ya nos llamamos si eso..."
[Estribillo]
Y es mentira!!, coge tus mierdas y te piras!!,
esa tarjeta cuando vence cuando expira,
estáis tan preocupados del papeleo...sois carne de cañón,
la ética es obligatoria y no la religión,
y es mentira!!!
coge tus mierdas y te piras,
haced más coches ya casi ni se respira,
la población sumisa las fichas del "Quien es quien"
mientras los de arriba nos digan que to va bien...
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