‘Waters es Waters no solo por Pink Floyd, sino por él mismo’
Redacción Cultura
‘La primera vez que lo vi fue en Santiago, en la gira anterior, hace cuatro o cinco años. Esta vez estaba cerca, Bogotá era lo más cerca que había y parecía que valdría la pena.
No tenía muy claro con qué iba a toparme en el concierto, no sabía más o menos el repertorio, había visto un poco de fotografías, un par de videos, pero con lo que nos topamos todos cuando estuvimos allá fue la experiencia audiovisual en vivo más intensa que he tenido chance de ver. El concierto anterior era mucho más sobrio visualmente, con recursos no muy sofisticados, fue como más simple.
60 personas entre músicos y técnicos acompañan a Waters durante su gira.
El de Bogotá fue ya una ‘salvajada’. Las proyecciones, los detalles más mínimos como la música que sonó antes del concierto, como se va ligando después a las imágenes y a las proyecciones.... es superinteresante, es fortísimo.
En cuanto al repertorio, fue más político, el tipo de temas apuntaba mucho más al asunto de la guerra. En un tema nuevo, incluso hablaba sobre musulmanes y sobre las peleas sobre Occidente y Oriente. Le dio durísimo a Bush y a los tradicionales a los que siempre les ha dado duro, como Margaret Tacher Ronald Reegan...
Aquí no hubo tantos temas de solitario. El repertorio incluyó clásicos de Pink Floyd, con partes de temas como The wall, de Final cut, un tema de ‘Animals’, tres temas de ‘Wish you were here’ y un tema bastante viejo, de los sesenta, de uno de los primeros discos, que había tocado la vez pasada, en el que hizo una especie de homenaje a Syd Barred. Se mandó entero el disco ‘Dark side of the moon’ y terminó con otros temas de ‘The wall’.
Para alguien que siempre quiso ver en escena a Pink Floyd, este concierto sacia completamente el sueño de verlos. Incluso creo que en un concierto como el de la gira anterior, la gente miraba mucho más a la banda tocar, que un gran show visual. Sientes esa intensidad de ver a un referente bestial del rock. Waters es Waters no solo por Floyd sino por los cuatro discos en solitario, que son perfectos.
Lo bueno del nuevo show que visualmente era casi como ver cualquier show de Floyd, en los últimos años, es intenso a más no poder. Te transporta totalmente, no paras ni un segundo, todo el tiempo hay un bombardeo de imágenes. Además, que tienes un sonido ‘surround’, uno tiene parlantes entre el público, sientes lo que pasa al frente y atrás y al lado tuyo.
Ves cosas como el famoso chancho de Floyd volando sobre tu cabeza... Me hubiera gustado que toque algo de ‘Radio chaos’, que es un disco de Waters que personalmente me gusta, o cosas de otras épocas de Floyd, pero eso es ponerse muy exigente. Creo que no le faltó nada. Estuvo perfecto”.
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