lunes, octubre 22, 2007

El regreso de la banda que nunca se fue Soda Stereo



Por
Rafael González Toro
Colaboración especial,
Buenos Aires, Argentina

El Monumental se enmudeció a las nueve de la noche en punto. No quedó una sola luz prendida y entre la penumbra se empezó a dibujar una figura. Un hombre alado apareció de la nada. Hizo sonar su guitarra y preguntó ¿saben qué acorde es este? Nadie se atrevió a responder y él se contestó con un grito: "¡Si!? bienvenidos".

Ahí se desató la locura. Las luces iluminaron el escenario y la figura de traje negro que parecía tener alas era Gustavo Cerati. Sonó la guitarra de nuevo y con las primeras notas de Juego de Seducción comenzó el regreso de Soda Stereo a los escenarios después de diez años. Así comenzó la gira Me verás volver.

En ese momento se acabó la ansiedad y el grito de "Volveremooo, volveremooo? volveremos otra vez, volveremooo a ver a Soda? como la primera vez", se hizo realidad. El césped de la cancha de River Plate empezó a temblar.

A un lado, cerca del escenario, y llevado en andas por su padre, Lautaro, de 7 años, parecía no entender lo que pasaba. Había miles de personas que lloraban, saltaban y cantaban. Él, con una banderita amarrada al cuello, apenas miraba. "Es el primer recital al que viene. Lo va a recordar toda su vida", dijo Claudio, padre del niño.

Las luces de los celulares parecían un tapete sobre el gramado y todos querían tener la primera foto. De ahí en adelante fue una fiesta. Charly Aberti, Zeta Bosio y Cerati se encargaron de que el retorno de Soda quedara marcado con fuego.

"No lo puedo creer. Viajé 1.000 kilómetros para vivir esto", gritó Martina, una adolescente que llegó a la capital argentina desde la provincia de Rionegro (Argentina) para verlos por primera vez. No dejaba de llorar mientras cantaba.

El show
Soda volvió más rockero. Lejos de la última etapa de la banda, antes de 1997, donde la programación y los samplers eran una nota importante en sus conciertos. Así lo demostraron con las canciones que tocaron, ajustadas a las versiones originales.

Uno de los puntos altos de la presentación del viernes fue cuando sonó Zoom. Allí dejaron atrás el sonido programado y Zeta Bosio tocó la armónica para acompañar la canción.

Sin que la gente se repusiera de uno de sus hits históricos se mandaron con Cuando pase el temblor.

En ese momento las plateas del Monumental, un poco frías para la ocasión, se pusieron de pie y los saltos llegaron hasta las tribunas. "Los vi en 1986. Nunca falté cada que tocaron. Los escucho desde los inicios. Volver es recordar una parte de mi vida", comentó Gonzalo Tomassi, un ingeniero que llegó al concierto con su esposa.

Mientras Cerati derrochaba talento en su guitarra, el espectáculo cada vez se superaba. El montaje de luces, diseñado por Martin Phillips, quien trabajó con U2, Nine Inch Nails y Daft Punk, entre otros, se hacía difícil de olvidar.

Sobre el escenario había un bloque de seis pantallas rectangulares que se movían. A los lados de la tarima dos pantallas más que mostraban los detalles del show y sobre la banda una especie de ventiladores de luz que cambiaban de posición.

Tal vez el momento más fuerte fue cuando tocaron Primavera cero y en las pantallas se leía el mensaje "Gracias por esperarnos".

Cerati solo atinó a señalar el campo de estadio y a decir "Diez años después", en alusión directa al último concierto, que dio nombre a su despedida anterior y a un CD doble, tocado y grabado en ese lugar, en 1997.

"Compré entradas para otro recital más. Esto hay que vivirlo a full", gritó Marcos García, universitario que estaba bañado en sudor en medio del campo.

Los éxitos desfilaron uno a uno y la nostalgia de los más viejos se unió a la euforia de los primíparos del grupo en el estadio. Así se escucharon Hombre al agua, De música ligera, El séptimo día y varias más.

En cada uno de los 28 temas que tocaron dejaron marcado un regreso en la primera de las cinco presentaciones que hará Soda en Buenos Aires. Según lo manifestó Cerati, en conferencia de prensa días antes, ensayaron 40 temas para la gira y los repertorios cambiarán en las diferentes ciudades.

Los de Buenos Aires hacen parte de los 21 conciertos que harán, además, por Córdoba (Argentina), México, Estados Unidos, Perú, Panamá Venezuela y Colombia. En Bogotá estarán el 24 de noviembre en el Parque Simón Bolívar.

"Este regreso es como una burbuja. No sabemos qué va a pasar", dijo Cerati. Y la burbuja se marchó con el viento de la primavera porteña en la noche del viernes. No podía ser en otro lugar que en la cancha en que se despidieron hace 10 años y en la "Ciudad de la Furia".

La euforia del Monumental terminó cuando el grupo cerró con Nada personal.

Ahí, el hombre alado se despojó de sus atavíos y entregó su guitarra azul. Cerati abrió las manos, bajó la cabeza y, tratando de abrazar las 70.000 personas que vieron el regreso, pronunció la frase que se hizo historia en el rock hace una década: "¡Gracias totales!".

Tomado del colombiano

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